Cómo clonarte,
los ojos de agua y cielo
que abrasan y llaman.
Con boca,
la tuya, la besada
y este ardor
que me es caro.
Querido y desado.
Va y viene,
desde la tarde hacia el norte,
con el viento y la imaginación
que me reclama
me arrastra por el paisaje
y me dejo observar por él.
Es cruel la batalla,
perdida, la guerra
antes de concluir siempre.
Todo es ficción y me entrego candoroso
al juego en palabras
me seducen, como tu boca
convoca mirada.
Viene de lejos y retoña
desde lo hondo,
allá en el alma y el corazón.
Y parece un sin fin
de no poder sanar,
sanar la tristeza,
"nostalyia"
de todo lo hermoso,
de los ojos de mar y cielo
y de la boca deseadea y besada
de la distancia
del juego, de la ficción,
de lo que no está pero estuvo.
Ay, cuan caro resulta este amor
que se evapora, como el alcohol,
evanescer de un amor
que siempre vuelve,
porque no se ha ido
pero no puede ser.
los ojos de agua y cielo
que abrasan y llaman.
Con boca,
la tuya, la besada
y este ardor
que me es caro.
Querido y desado.
Va y viene,
desde la tarde hacia el norte,
con el viento y la imaginación
que me reclama
me arrastra por el paisaje
y me dejo observar por él.
Es cruel la batalla,
perdida, la guerra
antes de concluir siempre.
Todo es ficción y me entrego candoroso
al juego en palabras
me seducen, como tu boca
convoca mirada.
Viene de lejos y retoña
desde lo hondo,
allá en el alma y el corazón.
Y parece un sin fin
de no poder sanar,
sanar la tristeza,
"nostalyia"
de todo lo hermoso,
de los ojos de mar y cielo
y de la boca deseadea y besada
de la distancia
del juego, de la ficción,
de lo que no está pero estuvo.
Ay, cuan caro resulta este amor
que se evapora, como el alcohol,
evanescer de un amor
que siempre vuelve,
porque no se ha ido
pero no puede ser.
Por Gonzalo Sueiro