miércoles, 12 de septiembre de 2012

Poema nueva serie 1

Gota a gota
decae
cruje.
Partes
parte de la primavera
de la juventud
como una sonrisa
parte
y reparte,
me parte
y continuas viajando
indetenible
todo sonrisa
y dulzura
que caes en
madrugadas
mojando la mañana
de este atardecer.
Que bello es
lo que no se alcanza
lo que nunca será
cerca.
Partes
compartes pero poco.
siempre es poco
quién no quiere más.
con los rayos que parten de tus ojos
con la luz de tu sonrisa
y la estridencia de la risa
partes y te alejas
natural
como el sol cuando levanta en la mañana
y te hace partir
irte, andarte
lejos como un mundo
como lo nuevo que se aleja
como lo viejo que reseca
y parte
tiempo, esperanza perdida
un otoño que se apaga
con los ojos clavados
partidos en la primavera
imposible.

Por Gonzalo Sueiro

sábado, 18 de febrero de 2012

Rayuela

CAPÍTULO 7

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.



Julio Cortázar, Rayuela.