El profeta nunca es oído
pues clama en el desierto
y el tiempo desaparece.
Repite interminable la misma voz
muda de toda verdad.
De allí surge lo sagrado,
una voz sin tiempo
que avanza desde el horizonte.
Repite cosas,
un todo indiferenciado
a veces inaudible y lejano.
Lo otro aparece de lo escindido
se hace llano y llama
como murmullo
que busca clarificarse.
pues clama en el desierto
y el tiempo desaparece.
Repite interminable la misma voz
muda de toda verdad.
De allí surge lo sagrado,
una voz sin tiempo
que avanza desde el horizonte.
Repite cosas,
un todo indiferenciado
a veces inaudible y lejano.
Lo otro aparece de lo escindido
se hace llano y llama
como murmullo
que busca clarificarse.
Por Gonzalo Sueiro
1 comentario:
No comparto, pero me gusta
Publicar un comentario