Wallace Stevens dice:”un poema no precisa tener un significado y, como la mayoría de las formas de la naturaleza, muchas veces carece de él”.
Que el poema no tenga un significado preciso, o que no pueda reducirse a una significación conceptual, no quiere decir que carezca de sentido. El poema transporta un peso, “un aura sensorial”, una flexibilidad rítmica, sonora, capaz de producir en el lector un vivo placer. No hay que olvidar que la palabra en el poema tiene otro modo de comportarse, de respirar, sugerir. En el poema la palabra es un material viviente, es porosa, grávida, subrepticia.
Hugo Gola, Prosas, Alción Editorial, 2007, pág.16
Y Además
Mi corazón
Tiene la culpa
Porque nació
Tan tibio y sorprendido
Y yo también
Un poco
Y este cielo
Y estas mañanas libres
Y estas calles
Por donde el aire estalla
Y este gran infierno de los hombres
Tiene la culpa
Pero
Sobre todo
Mi corazón
Que no me deja
Mi corazón
Que me derrama
Y me pierde
La culpa es mía
La traigo desde lejos
Pero qué puedo hacer
Sino vivir así
Y andar a cada rato
Con un dolor
Y un sueño
Custodiándome
Qué puedo hacer
Si el corazón
Me vino enorme
Y tiembla
Por cada soplo liviano
Qué puedo hacer
Sino abrazarlo
O cuanto más
Echarlo al aire
Hugo Gola, Filtraciones, F.C.E, 2004, pág. 19-20
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