sábado, 13 de noviembre de 2010

Jacobo Fijman, El Otro

El Otro

Tarde de invierno.
Se desperezan mis angustias
como los gatos;
se despiertan, se acuestan;
abren sus ojos turbios
y grises;
abren sus dedos finos
de humedad y silencios detallados.

Bien dormía mi ser como los niños,
y encendieron sus velas los absurdos!

Ahora el Otro está despierto;
se pasea a lo largo de mi gris corredor,
y suspira en mis agujeros,
y toca en mis paredes viejas
un sucio desaliento frío.

¡La esperanza juega a las cartas
con los absurdos!
Terminan la partida
tirándose pantuflas.

Es muy larga la noche del corazón.

Por Jacobo Fijman